PRIMEROS CUENTOS
MADRE NIEVE
Que bellos son los recuerdos de nuestra niñez cuando al lado de los mayores nos sentábamos a escuchar sus cuentos, narraciones, historias, o anécdotas que les ocurriera en sus pasados, en su niñez, en su juventud…
Lo recuerdas tu??? Claro que lo recuerdas, así como todos cuando ya en la adultez les contamos cunetos a nuestros hijos ahora. Si esas historias que aun recuerdas de labios de los viejos. Y les dirás a tus hijos eso me lo contó mi padre, tu abuelo, de tu abuela o tu tío que venía a casa a visitarnos… y si eres un niño entonces tal vez tu padre o tus abuelos te cuentes sus cuenticos en las noches antes de irte a dormir; escúchalos que te servirán para cuando tengas los tuyos propios…
MADRE NIEVE
Había una vez una viuda que tenía dos hijas - una de ellas era linda y laboriosa, mientras la otra era fea y ociosa. Pero la viuda era muy cariñosa con la fea y ociosa, porque era su propia hija; y la otra, quién era una hijastra, era obligada a hacer todo el trabajo y ser la Cenicienta de la casa. Cada día la pobre muchacha tenía que sentarse en el camino junto a un pozo a hilar con el huso, y girar y girar hasta ver sus dedos sangrados.
Ahora, resulta que un día el huso se manchó con su sangre, porque se lastimo con el uso y entonces para limpiarlo lo introdujo en el pozo, pero accidentalmente se resbaló de su mano y cayó al fondo del pozo. Ella comenzó a llorar, y corrió donde su madrastra y le contó la desgracia. Pero ella la reprendió bruscamente, y fue muy despiadada al decirle:
-"Ya que dejaste caer el huso, debes sacarlo de allí."-
Entonces la muchacha volvió al pozo, y no sabía qué hacer; y con la pena en su corazón, brincó dentro del pozo para conseguir el huso. Ella perdió sus sentidos; y cuando despertó volviendo en sí, se vio transportada hasta un prado encantador donde el sol brillaba y miles de flores crecían. Corrió a lo largo de esta pradera, y por fin llegó a un horno de panadería lleno de pan, y el pan gritaba:
-"¡Hey, sáqueme! ¡Sáqueme o me quemaré!; ¡he sido horneado mucho tiempo!"-
Entonces se acercó, y sacó todos los panes uno tras otro con la pala del pan. Después de esto continuó hasta llegar a un árbol cubierto de manzanas, que la llamaron:
-"¡Hey, sacúdame! ¡Sacúdame! ¡Estamos todas maduras!"-
Y sacudió el árbol hasta que las manzanas cayeron como la lluvia, y continúo sacudiendo para que todas vinieran abajo, y luego de amontonarlas, continuó su camino.
Por fin llegó a una pequeña casa, en la cual vio a una anciana; pero tenía tales dientes tan grandes que la muchacha se asustó, y estuvo a punto de salir corriendo.
Pero la anciana la llamó:
-"¿De qué tienes miedo, hermosa niña? ven conmigo; y si haces todo el trabajo en la casa correctamente, recompensada por eso. Sólo debes tener cuidado de arreglar muy bien bien mi cama, y sacudirla a fondo hasta que las plumas vuelen; entonces habrá nieve en la tierra. Soy la Madre Nieve."-

Ella se quedó algún tiempo con la Madre Nieve, pero tenía que volver y se sintió triste por esto. Al principio no sabía lo que le sucedía, pero al fin reconoció que era la nostalgia: aunque ella estuviera miles de veces mejor aquí que en casa, de todos modos ella tenía un deseo de volver allá. Por fin le dijo a la anciana:
-"Tengo un gran deseo de ir a casa; y a pesar de estar muy bien aquí abajo, no puedo quedarme más tiempo; debo subir otra vez donde mi propia gente."-
La Madre Nieve dijo:
-"Estoy contenta que quieras volver a tu casa otra vez, y como me has servido tan correctamente, yo misma te llevaré de regreso."-
Con eso ella la tomó de la mano, y la condujo a una puerta grande. La puerta se abrió, y como la hermosa niña estaba de pie bajo la entrada, una gran lluvia de oro cayó, y todo el oro se le adhería a su cuerpo, de modo que quedó completamente cubierta con él.
-"Tendrás esto porque has sido muy laboriosa"-, dijo la Madre Nieve, y al mismo tiempo le devolvió el huso que se le había caído en el pozo.
Con eso la puerta se cerró, y la doncella se encontró encima sobre la tierra, no lejos de la casa de su madrastra. Y cuando entraba al rancho, el gallo que estaba junto al pozo gritó:
-"¡Quiquiriquí!"-
-"¡Su niña bonita está aquí!"-
Entonces fue donde la madrastra, y cuando llegó así cubierta de oro, fue muy bien acogida, tanto por ella como por su hermana.
La muchacha contó todo que le había pasado; y tan pronto como la madre oyó como había adquirido tanta riqueza, quedó muy ansiosa por obtener la misma buena suerte para la hija fea y perezosa. Ella tenía que sentarse en el pozo e hilar; y con el fin de que su huso pudiera quedar manchado con sangre, pegó su mano en un arbusto de espinas y pinchó su dedo. Entonces lanzó el huso en el pozo, y luego brincó detrás de él.
Llegó, como su hermana bella y juisiosa, al prado hermoso y anduvo a lo largo del mismo camino. Cuándo ella llegó al horno con el pan, éste estaba otra vez gritando:
-"¡Hey, sáqueme! ¡Sáqueme! o me quemaré!; ¡he sido horneado mucho tiempo!"-
Pero la perezosa contestó:
-"¿Acaso tengo algún deseo de ensuciarme?"- y se fue.
Pronto llegó al manzano, que gritó:
-"¡Hey, sacúdame! ¡Sacúdame! ¡las manzanas estamos todas maduras!"-
Pero ella contestó:
-"¡Las prefiero allí! una de ustedes podría caerse en mi cabeza."- y continuó su camino.
Cuando llegó a la casa de la Madre Nieve no tuvo miedo, ya que había oído de sus dientes grandes, y entonces se puso a su servicio inmediatamente.
El primer día ella se dedicó a trabajar diligentemente, y obedeció a la Madre Nieve cuando ella le pedía hacer algo, ya que pensaba en todo el oro que le daría. Pero durante el segundo día comenzó a ser perezosa, y durante el tercer día todavía más, y luego no despertaría por la mañana en absoluto. Tampoco hizo la cama de Madre Nieve como debería, y no la sacudió haciendo volar las plumas. La Madre Nieve se cansó de su proceder, y le dio su aviso para que se marchara. La muchacha perezosa estuvo deseosa de irse, y pensó que ahora vendría la lluvia de oro. La Madre Nieve la condujo también a la gran puerta; pero mientras estaba de pie bajo ella, en vez del oro, una gran olla de barro y excremento de los animales de la granja de Madre Nieve fue vaciada sobre ella.
El primer día ella se dedicó a trabajar diligentemente, y obedeció a la Madre Nieve cuando ella le pedía hacer algo, ya que pensaba en todo el oro que le daría. Pero durante el segundo día comenzó a ser perezosa, y durante el tercer día todavía más, y luego no despertaría por la mañana en absoluto. Tampoco hizo la cama de Madre Nieve como debería, y no la sacudió haciendo volar las plumas. La Madre Nieve se cansó de su proceder, y le dio su aviso para que se marchara. La muchacha perezosa estuvo deseosa de irse, y pensó que ahora vendría la lluvia de oro. La Madre Nieve la condujo también a la gran puerta; pero mientras estaba de pie bajo ella, en vez del oro, una gran olla de barro y excremento de los animales de la granja de Madre Nieve fue vaciada sobre ella.
-"Esta es la recompensa por su servicio"-, dijo la Madre Nieve, y cerró la puerta.
Entonces la muchacha perezosa se fue a casa; pero iba completamente cubierta de barro y otras porquerías, y el gallo que estaba por el pozo, tan pronto como la vio, gritó:
-"¡Quiquiriquí!"-
-"¡Su muchacha sucia está aquí!"-
Y el barro se pegó rápido tanto en ella, y no le pudo ser quitado mientras vivió. (Cuento de los Hermanos Grimm)
Que me enseña:
Ayuda a tus semejantes sin esperar nada a cambio, quizá obtengas alguna recompensa por tus trabajos, por tu entrega incondicional. Si no por la persona que ayudas entonces la vida se encargara de pagarte todos tus actos, pero claro todos, sean bueno o malos solo escoge que decides hacer con tus hermanos en la vida…
Albertolz
EL MANTO

Y sucedió que repentinamente él se enfermó, y Dios lo llamó a su lado, y desde entonces su madre no encontró consuelo y lloraba por él día y noche. Pero poco después de que el niño había sido sepultado, aparecía por las noches en los sitios que él acostumbraba jugar y estar cuando vivió, y si su madre lloraba, él también lloraba, y al llegar el amanecer, él desaparecía.
Y como la madre no dejaba de llorar, él llegó una noche envuelto en su manto blanco con el que había sido enterrado, y con una corona de flores sobre su cabeza, y se sentó en la cama a los pies de su madre y le dijo:
-"Oh madre, por favor deja de llorar, o nunca podré llegar felizmente al reino de Dios, pues mi manto no se seca a causa de tus muchas lágrimas, que caen sobre él."-
La madre se atemorizó cuando escuchó aquello, y ya no lloró más.
A la noche siguiente el niño vino de nuevo, y sostenía una pequeña luz en mano y le dijo:
-"Mira, mamá, mi manto ya está seco y ahora puedo partir felizmente a la casa de Dios."-
Entonces la madre entregó su dolor en las manos de Dios, y tuvo tranquilidad y paciencia, y el niño ya no volvió más, quien ahora estaba feliz en su nuevo hogar celestial. (Cuento de los Hermanos Grimm)
Que me enseña:
Con todo el dolor que se sienta por la partida de un ser amado, hay que enfrentarlo con amor y resignación, pues en algún lugar según las creencias o nos lo volveremos a encontrar y seguirá su camino felizmente al lugar que se le haya asignado. De esa manera se alivia el dolor que llevamos encima y seguiremos la vida como debe ser, porque esta es una sola y hay que vivirla en todo su esplendor…
Albertolz
EL HIJO INGRATO
Un hombre y su esposa, estaban sentados en el corredor, a la entrada de su casa, y tenían en su mesa un delicioso pollo asado para comerlo juntos. En eso el hombre vio que su anciano padre se acercaba, y rápidamente tomó el pollo y lo escondió, para que el anciano no pudiera coger nada de él. El viejito llegó, tomó una bebida y se marchó.
Entonces el hijo quiso poner de nuevo el pollo en la mesa, pero cuando fue a cogerlo, lo que había era un enorme sapo, que se le lanzó a su cara y se quedó allí, y nunca se le despegó, y si alguien intentaba quitárselo, lo miraba maliciosamente como si estuviera a punto de lanzársele a su cara, así que nadie se aventuraba a tocarlo. Y el ingrato hijo quedó obligado a alimentar al sapo todos los días, porque si no él se alimentaba de su cara. Así, por su ingratitud. el hombre no volvió a tener descanso en su vida. (Cuento de los Hermanos Grimm)
Que me enseña
Debemos respetar y amar a nuestros padres sean viejos o aun jóvenes; apoyémoslos en todos sus actos y quehaceres para que se sientan con ánimo y amados hasta su final. Ellos nos dieron la vida y gracias a ellos estamos en este mundo disfrutando de los placeres de la vida… Si aun somos niños o jóvenes, esos padres darán todo por nuestro bienestar, y si ya somos adultos recordemos que ellos nos sacaron adelante para llegar hasta donde estamos y lograr lo que hemos logrado hasta hoy y esas son las bases para seguir prosperando hasta siempre…
Albertolz
UN CUENTO ENIGMÁTICO

-"Si cuando vuelves más tarde vienes al jardín y me arrancas, quedaré libre y podré estar siempre contigo."-
Ahora, la pregunta es: -¿Cómo supo el esposo cuál era la flor correcta, si todas se veían exactamente igual, sin ninguna diferencia en su forma?
Respuesta: Como ella pasaba la noche en su casa y no en el jardín, no había entonces rocío sobre ella como sí lo había sobre las otras, y así el esposo supo cuál era la que debía tomar. (Cuento de los Hermanos Grimm)
Que me enseña:
Si observamos de manera adecuada todo lo que hacemos podremos lograr una acertada decisión, lo que nos permitirá evitarnos cantidad de problemas de la vida…
Albertolz
ALLERLEIRAUH
Hubo una vez un rey que tenía una esposa con cabellos de oro, y era tan bella que no se encontraba otra mujer igual en toda la tierra. Pasó que un día ella se enfermó, y presintió que pronto moriría, así que llamó al rey y le dijo:
-"Si después de mi muerte deseas casarte de nuevo, toma a alguien que sea tan bella como yo, y que tenga el cabello de oro que yo tengo: prométemelo."-
Y después de prometérselo el rey, ella cerró sus ojos y descansó en paz.
Por mucho tiempo el rey no pudo sentirse confortado, y no pensó en tomar otra esposa. Por fin sus consejeros dijeron:
-"No hay otra salida, el rey debe casarse de nuevo, así tendremos reina."-
Y mensajeros fueron enviados a lo ancho y largo, cerca y lejos, buscando una novia que igualara a la anterior reina en belleza. En todo el mundo, sin embargo, no se encontraba a ninguna, y si acaso encontraron alguna, no tenía la cabellera de oro. Así que los mensajeros volvieron tal como cuando se fueron.

-"Desposaré a mi hija, pues es la contraparte de mi anterior esposa, de otra forma no podré encontrar a nadie que la reemplace."-
Cuando los consejeros escucharon aquello, quedaron estremecidos, y se dijeron:
-"Dios ha prohibido que padres se casen con sus hijas, nada bueno puede venir de tal crimen, y el reino caerá en la ruina."-
La hija se sintió aún más estremecida cuando supo de la resolución de su padre, pero esperaba hacerlo cambiar de decisión. Entonces le dijo:
-"Antes de satisfacer tu deseo, yo debo tener tres vestidos: uno tan dorado como el sol, uno tan plateado como la luna, y otro tan brillante como las estrellas. Además de eso, deseo una capa hecha con mil diferentes clases de pieles y pelos todos juntos entrelazados, y cada especie de animal en el reino debe de donar una pieza de su piel para ello."-
Ella pensó:
-"Obtener todo eso será algo imposible, y así apartaré a mi padre de sus malvadas intenciones."-
El rey, sin embargo, no se rindió, y mandó a las más hábiles costureras del reino a coser los tres vestidos, uno tan dorado como el sol, uno tan plateado como la luna, y el otro tan brillante como las estrellas. Y a sus cazadores los envió a cazar un ejemplar de cada especie de animal en todo el reino, y que les tomaran una pieza de su piel y de sus pelos. Y con todo eso recogido mandó a hacer la capa solicitada. Al fin, cuando todo estuvo listo, pidió que le trajeran los vestidos y la capa, los extendió frente a la joven y dijo:
-"La boda será mañana."-
Cuando la hija del rey vio que no había mayores esperanzas de cambiar la opinión del rey, resolvió escaparse. En la noche, cuando todos dormían, se levantó y tomó tres diferentes objetos de sus tesoros: un anillo de oro, una rueda de hilar de oro en miniatura, y un carrete de oro. Echó en una cesta los vestidos del sol, la luna y las estrellas, y se puso sobre ella la capa de las mil pieles, y se ennegreció la cara y las manos con hollín. Entonces se encomendó a Dios y salió, y caminó toda la noche hasta llegar a un gran bosque. Y como estaba tan cansada, se metió en un hueco de un gran árbol y se durmió.
Llegó el amanecer, el sol salió, y ella dormía, y estaba todavía dormida cuando ya era pleno día. Pero sucedió que el rey al cual pertenecía ese bosque, y que no era su padre, andaba de caza por ahí. Cuando sus perros llegaron al árbol, ellos olfatearon, y corrieron ladrando alrededor de él. El rey dijo a sus cazadores:
-"Vayan a ver qué clase de bestia salvaje se esconde dentro de ese hueco."-
Los cazadores obedecieron, y cuando regresaron dijeron:
-"Una pasmosa bestia está ahí dentro del hueco del árbol, nunca habíamos visto algo semejante. Su cuero está hecho de mil diferentes piezas, pero está dormida."-
Les dijo entonces el rey:
-"Traten de capturarla viva y átenla al carro para llevarla con nosotros."-
Cuando los cazadores fueron a tomar a la doncella, ella despertó aterrorizada, y les gritó:
-"Yo soy una pobre muchacha, abandonada por padre y madre, tengan piedad de mí, llévenme con ustedes."-
Ellos dijeron:
-"Allerleirauh, tú serás muy útil en la cocina, ven con nosotros y podrás limpiar, barrer y recoger las cenizas."- Y le dejaron de nombre Allerleirauh.
Así pues, la montaron al carruaje y la llevaron al palacio real. Allí le enseñaron una buhardilla bajo las escaleras, donde no entraba la luz del día, y le dijeron:
-"Animal peludo, allí podrás vivir y dormir."-

Sin embargo, sucedió que un día hubo una fiesta en el palacio, y ella dijo al cocinero:
-"¿Podría yo ir arriba por un rato y mirar? Estaré a un lado de la puerta, no estorbaré."-
El cocinero respondió:
-"Sí, puedes ir, pero debes estar acá de vuelta en media hora para limpiar el hogar."-
Entonces ella tomó su lámpara de aceite, fue a su buhardilla, se quitó su sucio vestido, se limpió el hollín de su cara y manos, de modo que su original belleza se presentó de nuevo en todo su esplendor. Y abrió la cesta, tomó el vestido que brillaba como el sol, y cuando ya estuvo lista, se introdujo en la fiesta. Todo el mundo hacía campo para que pasara, y aunque nadie la conocía, todos se preguntaban si sería la hermana del rey. Pero el rey llegó para conocerla, le dió su mano, bailó con ella, y pensó en su corazón:
-"¡Mis ojos jamás habían visto tanta belleza!"-
Al terminar la danza, ella hizo la reverencia, y cuando el rey miró alrededor de nuevo, ella había desaparecido, y nadie sabía hacia donde se había ido. Los guardas que estaban afuera del palacio fueron llamados e interrogados, pero ninguno la había visto pasar.
Sin embargo, ella había corrido a su oscura buhardilla, y rápidamente se cambió de ropas, oscureció su cara y sus manos otra vez, se puso la capa de pieles, y fue de nuevo la así llamada Allerleirauh. Cuando entró a la cocina lista para empezar su trabajo y barrer las cenizas, el cocinero le dijo:
-"Deja eso para mañana, y hazme la sopa para el rey, que yo también iré un rato arriba a mirar, pero no permitas que caigan pelos en ella, o el rey te cortará la cabez."-

-"¡De seguro dejaste caer un pelo en la sopa del rey, y si lo hiciste, serás castigada por eso!"-
Cuando él llegó ante el rey, éste preguntó que quien había hecho la sopa. El replicó:
-"Fui yo."-
Pero el rey respondió:
-"Eso no es cierto pues estaba muchísimo mejor que lo usual, y cocinada en forma diferente."-
El cocinero contestó:
-"Debo reconocer que no la hice yo, sino el tosco animal que me ayuda."-
-"¡Ve y tráelo acá!"- ordenó el rey.
Cuando Allerleirauh llegó, el rey dijo:
-"¿Quién eres tú?"-
-"Soy una pobre muchacha que no tiene padre ni madre."- respondió ella.
-"¿Y qué es en lo que trabajas en mi palacio?"- preguntó de nuevo el rey.
-"No soy buena en nada, excepto algunos trabajos rudos."- contestó.
-"¿Y de dónde conseguiste el anillo que estaba en mi sopa?"- continuó preguntando.
-"No sé nada acerca del anillo."- le contestó ella.
Así que el rey no pudo saber nada, y la dejó que regresara a la cocina de nuevo.
Poco tiempo después hubo otra fiesta, y entonces, como antes, Allerleirauh le rogó al cocinero dejarla ir a mirar. Y él le contestó:
-"Bien, pero vuelve en media hora y hazle al rey la sopa de pan que tanto le gustó."-
Entonces ella corrió a su buhardilla, rápidamente se limpió, sacó de la cesta el vestido plateado como la luna y se lo puso. De inmediato subió como una princesa, y el rey se adelantó para saludarla, quien se alegró mucho de verla de nuevo, y como el baile justamente iba a empezar, bailaron juntos. Pero cuando éste terminó, ella de nuevo desapareció tan rápidamente que el rey no pudo ver por donde se fue. Ella, sin embargo, había corrido a su buhardilla, y de nuevo se arregló como el raro animal peludo, y fue a la cocina a prepararle la sopa de pan al rey.
Cuando el cocinero subió a mirar, ella echó la pequeña rueda de hilar de oro en miniatura en el fondo del tazón, quedando cubierta por la sopa. Entonces fue llevada al rey, que la tomó, y le encantó como la vez anterior, y trajo de nuevo al cocinero, quien como antes se vio obligado a confesar que Allerleirauh había preparado la sopa. Allerleirauh de nuevo fue ante el rey, y otra vez contestó que no era buena en nada, excepto algunos trabajos rudos, y que no sabía nada acerca de la pequeña rueda de hilar de oro en miniatura.
Cuando por tercera vez hubo otra fiesta, todo se preparó tal como las veces anteriores. El cocinero dijo ahora:
-"Estoy seguro, piel áspera, que eres una bruja, y siempre pones en la sopa algo que la hace tan buena que al rey le gusta mucho más que la que yo preparo."-
Pero ella le rogó tanto que la dejara ir a mirar, que la dejó ir a la hora justa. Y ahora ella se puso el vestido que brillaba como las estrellas, y entró al salón.

-"Tú eres mi querida novia, y nunca nos separaremos uno del otro."-
Y el matrimonio se realizó solemnemente, y vivieron muy felices por el resto de sus días.
Que me enseña:
No jusguemos a las personas por su apariencia, ni por su trabajo, veamos el fondo de su corazón y descubriremos en ellos a un ser muy especial….
Otra enseñanza
Si nos encontramos en peligro lo mejor será retirarse de el inmediatamente para evitarnos ser lastimados incluso hasta de nuestros propios seres queridos…
Página principal
LOS SEIS JIZOS Y LOS SOMBREROS DE PAJA
Erase una vez un abuelito y una abuelita. El abuelito se ganaba la vida haciendo sombreros de paja. Los dos vivían pobremente, y un año al llegar la noche vieja no tenían dinero para comprar las pelotitas de arroz con que se celebra el Año Nuevo. Entonces, el abuelito decidió ir al pueblo y vender unos sombreros de paja. Cojió cinco, se los puso sobre la espalda, y empezó a caminar al pueblo.
El pueblo caía bastante lejos de su casita, y el abuelito se llevó todo el día cruzando campos hasta que por fin llegó. Ya allí, se puso a pregonar:
" ¡Sombreros de paja, bonitos sombreros de paja!
¿Quién quiere sombreros?"
Y mira que había bastante gente de compras, para pescado, para vino y para las pelotitas de arroz, pero, como no se sale de casa el día de Año Nuevo, pues, a nadie le hacía falta un sombrero. Se acabó el día y el pobrecito no vendió ni un solo sombrero. Empezó a volver a casa, sin las pelotitas de arroz.
Al salir del pueblo, comenzó a nevar. El abuelito se sentía muy cansado y muy frío al cruzar por los campos cubiertos ahora de nieve. De repente se fijó en unos Jizos, estatuas de piedra representando unos dioses japoneses. Había seis Jizos, con las cabezas cubiertas de nieve y las caras colgadas de carámbanos.
El viejecito tenía buen corazón y pensó que los pobrecitos Jizos debían tener frío. Les quitó la nieve, y uno tras uno les puso los sombreros de paja que no pudo vender, diciendo: " Son solamente de paja pero, por favor, acéptenlos...:
Pero solo tenia cinco sombreros, y los Jizos eran seis. Al faltarle un sombrero, al último Jizo el viejecito le dio su propio sombrero, diciendo: "Discúlpeme, por favor, por darle un sombrero tan viejo ." Y cuando acabó, siguió por entre la nieve hacia su casa.
El abuelito llegaba cubierto de nieve. Cuando la abuelita le vio así, sin sombrero ni nada, le pregunto que qué pasó. El le explicó lo que ocurrió ese día, que no pudo vender los sombreros, que se sintió muy triste al ver esos Jizos cubiertos de nieve, y que como eran seis tuvo que usar su propio sombrero.
Al oír esto, la abuelita se alegró de tener un marido tan cariñoso:
"Hiciste bien. Aunque seamos pobres, tenemos una casita caliente y ellos no." Abuelito, como tenía frío, se sentó al lado del fuego mientras abuelita preparó la cena. No tenían bolitas de arroz, ya que abuelito no pudo vender los sombreros de paja, y en vez comieron solamente arroz y unos vegetales en vinagre y se fueron a cama tempranito.
A la media noche, el abuelito y la abuelita fueron despiertos por el sonido de alguien cantando. A lo primero, las voces sonaban lejos pero iban acercándose a la casa y cantaban:
"¡Abuelito dio sus sombreros A los Jizos todos enteros Alijeros, a su casa, alijeros!"
El abuelito y la abuelita estaban sorprendidos, aún más cuando oyeron un gran ruido, "¡Bum!" Corrieron para ver lo que era, y vaya sorpresa les dio al abrir la puerta.
Paquetes y paquetes montados uno sobre otro, y llenos de arroz, vino, pelotitas de arroz, decoraciones para el Nuevo Año, mantas y quimonos bien calientes, y muchas otras cosas. Al buscar quien les había traído todo esto, vieron a los seis Jizos, alejándose con los sombreros de abuelito puestos. Los Jizos, en reconocimiento de la bondad del abuelito, les habían traído estos regalos para que los abuelitos tuvieran un prospero Nuevo Año.
Que me esnseña:
Cada uno según su creencia debe ayudar a quien lo necesita sin importar la posición del otro de seguro que nadie rechazará una ayuda cuando la necesita...
Que me esnseña:
Cada uno según su creencia debe ayudar a quien lo necesita sin importar la posición del otro de seguro que nadie rechazará una ayuda cuando la necesita...
Página principal
Poco a poco iré agregando más cuentos que les van a encantar, sigan visitándome y dejen sus comentarios…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Deja un comentario si te ha gustado esta página..
En breve te contestaré.